Las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) representan una opción atractiva para aquellos que buscan iniciar o expandir su negocio. Su estructura flexible, combinada con una limitación de responsabilidad para los accionistas, la hace especialmente atractiva en el panorama empresarial actual. En el estudio contable LJA, estamos comprometidos a proporcionar el apoyo y la orientación necesarios para ayudarte a aprovechar al máximo las ventajas de este tipo de estructura societaria.
¿Qué son las SAS?
Las SAS son un tipo de sociedad creada por la Ley 19.820, diseñada para simplificar el proceso de constitución y operación de una empresa. Su principal característica radica en la limitación de responsabilidad de sus accionistas, lo que significa que su patrimonio personal no se ve comprometido por las deudas u obligaciones de la sociedad.
Constitución y participación
Una de las ventajas más destacadas de las SAS es su flexibilidad en cuanto a quiénes pueden formar parte de ellas. Tanto personas físicas como jurídicas, nacionales o extranjeras, pueden constituir una SAS. Además, se puede formar con una o más personas, lo que la convierte en una opción ideal para proyectos empresariales de cualquier tamaño.
Responsabilidad de los accionistas y administradores
Una de las principales preocupaciones al establecer una empresa es la responsabilidad legal de los propietarios y administradores. En el caso de las SAS, la responsabilidad de los accionistas se limita al valor de sus aportes, brindando una protección adicional a su patrimonio personal. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los administradores y representantes de la SAS pueden ser responsables solidarios en el pago de ciertos impuestos, como el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE).
Tributación y ventajas fiscales
Las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) están sujetas a una gama de impuestos similares a las sociedades anónimas, tales como el IVA, el IRAE, el IMEBA y el impuesto al patrimonio. Sin embargo, a pesar de compartir esta carga impositiva con las sociedades anónimas, las SAS ofrecen la posibilidad de optar por un régimen simplificado de tributación del IRAE, mediante el uso de fictos de IRAE, lo que puede reducir la carga de este tributo. Es importante tener en cuenta que los administradores de la SAS también están obligados a pagar cargas sociales al Banco de Previsión Social (BPS). Otra ventaja a la hora de iniciar una SAS es el costo de constitución, que es sensiblemente menor al de la Sociedad Anónima.
Proceso de constitución y servicios adicionales
Constituir una SAS es un proceso relativamente ágil y sencillo, especialmente en comparación con otros tipos de sociedades. No requiere la aprobación de la Auditoría Interna de la Nación ni la publicación de anuncios, lo que acelera significativamente el tiempo de establecimiento. Además, en el estudio contable LJA, ofrecemos un servicio «llave en mano» que incluye todo lo necesario para la constitución y operación de una SAS, desde la documentación hasta la representación legal y el asesoramiento contable continuo.