Uruguay enfrenta hoy una de las mayores crisis en su sector pesquero. La merma en capturas, la falta de inversión sostenida, el envejecimiento de la flota y un marco regulatorio poco ágil han puesto en evidencia las dificultades estructurales de una industria con enorme potencial pero históricamente relegada.

Sin embargo, desde hace varios años, en nuestro estudio ya advertimos sobre la necesidad de mirar al mar con una visión estratégica. En una entrevista publicada en 2021 en el diario La Mañana, nuestro CEO, el Cr. Luis Lussich señalaba con claridad que Uruguay estaba “de espaldas al mar” y que existía una “gran estancia marítima” lista para producir, pero que carecía de políticas públicas consistentes, visión a largo plazo e incentivos adecuados. “Queremos ser la punta de lanza para abrir el camino a otros que vengan a apostar por Uruguay”, decía entonces.

Esa entrevista resumía la experiencia del Cr. Lussich, quien desde 2013 se vinculó con el mundo de la pesca y lideró, junto a otros socios uruguayos, una innovadora iniciativa de exploración en aguas nacionales, apostando por una pesca sustentable de túnidos con fines de exportación. Ya en ese momento se destacaban los desafíos del sector: la falta de cultura pesquera, el bajo consumo local, la burocracia excesiva, los altos costos operativos y la necesidad urgente de modernizar la flota y profesionalizar la cadena de valor.

También advertía que fomentar la pesca nacional no solo es una vía para generar empleo y exportaciones, sino una herramienta clave para combatir la pesca ilegal, un flagelo que aún hoy afecta nuestras aguas.

Hoy, la realidad confirma muchas de aquellas observaciones: el potencial sigue intacto, pero la falta de acción concreta ha pasado factura. Según datos oficiales, la actividad pesquera ha caído drásticamente en los últimos años y el país pierde oportunidades de desarrollo económico, diversificación productiva y posicionamiento internacional.

Desde el estudio LJA reafirmamos nuestro compromiso con el desarrollo de sectores productivos que promuevan la innovación, la inversión nacional y extranjera, y la sostenibilidad. La pesca, si se la impulsa con seriedad, puede convertirse en un nuevo motor para el Uruguay del futuro.